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Prologo, de donde nació el viaje

Actualizado: 15 may 2020

Historia previa

Este viaje, que comenzó sin ninguna planificación y sin ninguna ambición inicial, tomó forma y se construyó pulgada a pulgada, paso a paso, pasajes en las rutas uno tras otro, palabra por palabra intercambiada con las personas que conocí.


La belleza de una aventura indescriptible que moldea tu cuerpo y llena tu alma con todas las emociones más grandes que somos capaces de experimentar, pero que a menudo se asfixian por la rutina diaria que nos encadena y por la misma sociedad en la que estamos inmersos que con códigos arbitrarios nos aleja de la magia de este planeta.


Toma mucho tiempo absorber todo lo que he experimentado y darme cuenta de la proeza.




La grandeza de las emociones te domina y la cantidad de experiencias se pierde, pero agradezco el hecho de tener una memoria fotográfica por la cual, con mi mente, puedo volver a recorrer todo el camino que he hecho para compartirlo con ustedes ahora.


Alguien se preguntará por qué nunca hice un blog antes.


Hay varias razones: la primera porque comencé con la idea de un viaje mucho más corto; el segundo es el hecho de que en Internet hay muchas páginas de aventureros, por lo que no quería ser otro blogger de viajes describiendo día a día lo que hacía. Finalmente, sobre todo, no quería depender demasiado de las conexiones de red y de las redes sociales constantemente. A menudo me encontraba sin Wi-Fi y esta es la belleza del viaje: ser completamente libre e independiente de cualquier cosa, experimentar el momento y las posibilidades que este ultimo te brinda.


Toda gran aventura no llega por casualidad, hay un período de incubación de la idea que madura todos los días hasta el punto de alcanzar el umbral de la repentina necesidad de ponerla en práctica.


En mi caso, nunca he tenido este sueño en mi cabeza desde el principio. Es el resultado de una serie de coincidencias, conocimientos y experiencias que han seguido a lo largo del tiempo y se han concentrado en los últimos años. En particular, hubo un evento que llamaría mis "Puertas correderas", o una encrucijada en mi vida que determinó que todos los eventos posteriores tomaran el camino del viaje.


Este es el día que conocí a un grupo de latinoamericanos que estudiaron en mi ciudad de adopción y estudios, Turín.


Fue un largo período de lluvia y me estaba preparando para el último examen universitario. Nos habíamos estado preparando durante varias semanas y finalmente ese día, 24 de junio de 2011 (S. Juan, patrón de la ciudad), el sol brillaba en un cielo despejado.


Ninguno de mis colegas aceptó tomarse un día libre para ir al parque y disfrutar del hermoso día, así que fui allí solo.


En el camino de regreso, me encuentro con mis compañeros de clase de Venezuela y Brasil que me invitan a parar y tomar una cerveza. Como formaban parte del grupo de estudiantes en intercambio cultural, conocí a un grupo de al menos 30 mexicanos esa tarde.


Entre una cosa y otra, la tarde y la noche de fiesta de la ciudad las paso con estos nuevos amigos que inmediatamente percibo que tienen una forma de ser totalmente diferentes a nosotros los italianos, mucho más abiertos, naturales y joviales (bueno, esto en mi opinión).


Al regresar a casa a pie, resulta que 5 de ellos casualmente viven frente a mi apartamento.


A partir de ese momento comenzamos a compartir casi todas las salidas en el centro, cenas, fiestas: me enamoro de su cultura, idioma e historias de sus países al punto que empiezo a estudiar español en casa (así como portugués al año siguiente).

Durante unos 5 años me sumergí en la cultura latinoamericana entre conversaciones, libros, películas y pequeños viajes en vacaciones de verano.


Además gracias a ellos, también empiezo a tener la costumbre de viajar con más frecuencia en Europa. A veces con ellos o a veces solo.

Son viajes cortos por trabajo, pero eso me ayudó a familiarizarme con los hostales y la aplicación Couchsurfing.

 

El viaje de verano 2016 de 8 días a la costa de los Balcanes entre Montenegro, Bosnia y Croacia fue la gota que colmó el vaso.


Salí con una mochila y un saco de dormir tomando un tren y luego un ferry al este del Adriático. Ya había hospedado en mi casa algunos viajero por couchsurfing, pero ahora era mi primera vez a alojarme en casa de alguien.

Excelente experiencia seguida de hostales donde por primera vez conozco personas que han estado viajando durante años o meses, también usando las páginas dedicadas a voluntariados. Entonces descubro la posibilidad de viajar trabajando a cambio de pensión y alojamiento para no aumentar los costos de viaje, aún mejor si se combina el método de viajar haciendo autostop (viajar a dedo, en ride, en jalón, en cola, en aventón.. como lo dicen en tu país).

 Así que decido intentar, bajo la motivación de los demás presentes en el albergue, de llegar a Split pidiendo el pasaje en el camino.


Fue de esta manera que con dos carros llego al destino enseñándome la belleza de lo desconocido, de la aventura y la amabilidad de las personas a menudo ocultas por las noticias negativas que nos bombardean todos los días.

 

Cuando regreso al trabajo con mis sensaciones posteriores al viaje entiendo que ha llegado el momento de tomar esta gran decisión de irme.


Mirándome al espejo, veo que después de 20 años no habría tenido lo que quería: veo una vida tal vez perfecta pero con poco sentido y bastante monótona y aburrida. Necesito pimienta a la vida y días diferentes entre sí, caracterizados por diferentes paisajes, olores, colores y sabores.


Con 29 años y dejando de lado los ahorros de 5 años de trabajo, había llegado el momento.


A solicitud de un año sabático para la empresa, recibo una respuesta negativa, pero después de una presión reiterada puedo convencer a los recursos humanos y al jefe para que puedan cambiar el contrato por un año y hacerlo a tiempo parcial para tener 6 meses de tiempo libre. En esto, debo agradecer absolutamente a la compañía que vino en ayuda viendo el lado humano de su empleado.


 

Durante las vacaciones de Navidad, mirando el mapa de América, mi atención recae en Ushuaia que según los datos es la última ciudad más al sur del continente y de todo el Mundo. Hago una breve investigación y veo que hay un aeropuerto donde llegan los vuelos nacionales con mi gran sorpresa.


Desde que marzo es el final del verano y mi sueño es al menos viajar por la mayor parte de América Latina, estoy convencido de que sea el punto de partida perfecto para aprovechar el clima y, con la llegada del invierno, comenzar a dirigirme hacia el norte dejando atrás la Patagonia.

Así fue que por fin encuentro un vuelo barato con salida desde Milán el 4 de marzo de 2017 con llegada a Ushuaia el 5 de marzo.

Un boleto de solo Ida.

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